martes, diciembre 02, 2008



El Reto de las marcas chinas: Globalización



“Made in China” figura en gran parte de las etiquetas de nuestros productos, pero a pesar de su extendida presencia, infunde en los consumidores dudas sobre la calidad y seguridad.

Las connotaciones negativas representan ahora la principal asignatura para los directivos chinos, que se plantean operar globalmente bajo sus propias marcas.
La imagen de China está fuertemente condicionada por el concepto “barato”.

Pero realmente los precios bajos no tienen por sí mismos connotaciones negativas e incluso pueden estimular el consumo, como ocurre con la marca sueca Ikea. Sin embargo y como se ha demostrado en el estudio realizado por la consultora Interbrand, en el caso de China lo “barato” se vincula con una ausencia de calidad y transmite inseguridad a los consumidores.


Los últimos juegos olímpicos fueron un gran éxito y sirvieron para que China impresionara al mundo demostrando su desarrollo creativo y tecnológico. De hecho, estudios realizados inmediatamente después de su celebración reflejaron una imagen más positiva del país, casi diez puntos por encima del mismo estudio realizado justo un año antes.

No obstante, esta mejora en la imagen del país se vio pronto eclipsada por el escándalo de la leche en polvo que, según el 66% de los encuestados, perjudicó a la denominación de origen “made in China”.

Categorías con mayores posibilidades de éxito

Las marcas chinas deben sacar provecho de la globalización como proveedores y fabricantes para otras firmas, mejorando sus procesos de producción y elevando sus estándares de calidad. En algunas categorías tecnológicas como en teléfonos, electrodomésticos o PCs la denominación de origen China tiene una buena reputación, dado que más de la mitad de los productos que se venden en el mundo están fabricados por el gigante asiático.

De hecho y como indica Gonzalo Brujó, consejero delegado de Interbrand, “marcas chinas como Lenovo o Haier tienen un alto reconocimiento y se consideran embajadoras chinas en el mercado global”.

Mercados emergentes, una puerta al mercado global

La demanda de los mercados europeos y norteamericanos ha derivado en el desarrollo de China como potencia mundial. No obstante, la confusión financiera, la alta competitividad y los mercados proteccionistas están dificultando la evolución en la cadena de valor de las marcas chinas y obligándoles a localizar nuevos mercados.

El estudio “Made in China 2008” de Interbrand recomienda como alternativa para mantener el ritmo de desarrollo operar en mercados emergentes, más receptivos a la oferta proveniente de China y con una actitud más favorable hacia sus bajos precios.

Se detecta que China ya ha comenzado a tomar medidas, cada vez tiene mejores acuerdos de cooperación con otras regiones de Asia-Pacífico y ha empezado a establecer vínculos con otros mercados emergentes como Rusia, África o el Medio Este.


Una personalidad fuerte y atractiva


Las marcas chinas carecen de una personalidad convincente y pocos de sus atributos resultan atractivos para impulsar la decisión de compra.

No han sido capaces de hacerse un área en la mete del consumidor y llenarla de valores positivos.
Sin embargo, Gonzalo Brujó cree que estas marcas no tardarán en replatearse su identidad y añade “será interesante ver cómo localizan un posicionamiento que vaya más allá de su producto, con unos intangibles que encajen con su identidad y conecten con su público objetivo”. Esta nueva identidad de marca, para hacerse efectiva deberá comunicarse a través de una estrategia de comunicación que permita llegar con éxito a sus distintas audiencias.

Papel del gobierno para realzar las marcas


El estudio Mejores Marcas Globales de Interbrand evidencia que la imagen de un país está estrechamente vinculada con la imagen de sus marcas. Este mismo criterio podría aplicarse a China y sus marcas, beneficiándose la imagen del país a través de sus marcas comerciales.

El gobierno chino debe tener este fenómeno en cuenta y contribuir con las marcas chinas en su esfuerzo por participar de la globalización a través de su liderazgo, supervisando la calidad de sus productos, organizando las asociaciones industriales o colaborando públicamente a la hora de mejorar la imagen del “made in china”.

Construir marcas, primer paso


Las marcas chinas líderes deben aprender a crear y gestionar su valor de marca a escala global. Es el momento para que las empresas chinas se replanteen sus estrategias de marca y aprovechen los ejemplos que brindan las poderosas marcas que han cosechado éxito a escala mundial.

Todavía estamos lejos de que las marcas chinas figuren en el ranking de las Mejores Marcas Globales, pero las lecciones de este estudio están claras y pueden servir de referencia: las marcas fuertes conocen sus fortalezas y debilidades y trazan minuciosas estrategias que impulsan su valor de marca hacia el futuro.
Con la caída de la economía global, los cambios en la percepción del “made in China” y la aceptación de sus marcas no pueden hacerse esperar. El primer reto será apostar por la calidad y la seguridad de sus productos.

La definición de unos estándares estrictos, el compromiso activo con la protección medioambiental y la responsabilidad social serán aspectos sociales importantes para cualquier marca que quiera prosperar e indispensables para aquellas que quieran modificar su percepción en otros países.
El gobierno chino puede jugar un papel importante en estos momentos críticos.

Su liderazgo puede ayudar impulsar la demanda interna y mejorar la competitividad de las empresas para competir a nivel global.

También podría crear una agenda nacional y, así como Alemania es reconocida por sus motores, Japón por la innovación y Corea por el diseño, identificar que un ámbito donde China pudiera destacar, estimulando a las empresas chinas a salir y hacer de sus marcas enseñas globales.

“Éste es el momento para que el gobierno chino establezca unos estándares de calidad altos y rigurosos, que sirvan como cimientos del éxito que alcanzarán sus marcas en un futuro próximo” termina Gonzalo Brujó.



Saludos, GAby Menta

Fuente: Interbrand

lunes, diciembre 01, 2008


El primer videojuego de la historia cumple 50 años



'Tennis for two' nació en un laboratorio del Proyecto Manhattan, el mismo que creó la bomba atómica.

El primer videojuego de la historia cumple 50 años. Un jugador de videojuegos observa la recreación del Tennis for two en un pantalla de ordenador. - MANUEL CASAMAYÓN

La edad de oro del software español, en los ochenta, situó a España como segundo productor de juegos para máquinas de ocho bits hasta la llegada de las de 16
Firmas - Marta Molina

En los estertores de la Segunda Guerra Mundial, el Laboratorio Nacional de Brookhaven registraba una actividad frenética.
En su interior, científicos estadounidenses permanecían encerrados, devanándose los sesos a punto de inventar la bomba atómica.

Trabajaban para el Proyecto Manhattan, nombre en clave del programa de desarrollo nuclear norteamericano. Pero en los ratos muertos del laboratorio, esos mismos científicos se dedicaron a desarrollar el primer videojuego del mundo. Se llamó Tennis for two y este año ha cumplido 50 años.

El padre del entretenimiento fue William Higinbothame, un físico al que la historia le cita con muy diversos títulos. Jefe de la división de Instrumentación del Brookhaven, cuya principal función consistía en entretener a los visitantes, primer presidente de la Federación de Científicos Americanos... Y, aunque suene paradójico, Higinbothame se erigió en férreo antinuclearista.

El Proyecto Manhattan estaba minado de científicos con una filosofía pacifista. Varias de las eminencias que parieron la bomba atómica eran contrarios a ella. Para distraer las conciencias, o en una distracción de las mismas, nació Tennis for two.

Se jugaba en un osciloscopio, un aparato de medición electrónica que hacía las veces de monitor. La pantalla utilizaba una vista lateral en la que se veía una pista. Con mucha imaginación, era posible llegar a intuir una red y una pelota, esa sí, que se movía con cierto ritmo de una esquina a otra del plano.

Los dos jugadores que podían participar en cada partida disponían de un controlador compuesto por un pulsador que servía para golpear la pelota virtual y un mando analógico que controlaba la bola.

A pesar de lo primitivo del diseño, se podía escoger el lado desde el que lanzar, la altura de la red e incluso la longitud de la pista. Una serie de amplificadores operacionales se encargaban de detectar cuándo la bola tocaba el suelo. En ese momento se activaba un dispositivo que cambiaba la polaridad de otro amplificador. Así, la pelota reflejaba su trayectoria, dando la sensación de movimiento.

Higinbothame nunca se planteó patentar su creación. No le dio importancia. Una pena. De haberlo hecho, sus herederos serían hoy millonarios. La industria del videojuego factura más en España que la del cine, el DVD y la música juntas.

Sólo en 2007 creció un 50%, hasta los 1.454 millones de euros. 'Y eso porque conecta mejor con el público que el resto de artes visuales', señalan los expertos.

'Es la interacción', ataja Víctor Ruiz, director de FxInteractive y alma máter de Imperium, uno de los juegos españoles más exitosos del momento. Hoy, ese volumen representa todo un récord (1,5 millones de copias vendidas).

En los ochenta, la llamada edad de oro del software español, que situó a España como segundo productor para máquinas de ocho bits, esa cantidad resultaba irrisoria. 'Los 16 bits, la piratería y la inoperancia de la Administración, nos relegaron a una posición subsidiaria', denuncia.

En su alegato, Gilberto Sánchez, secretario de la patronal Desarrolladora Española de Videojuegos, cifra en 500 millones las pérdidas por descarga ilegal sólo en España. 'Hay que darse prisa en actuar', urge. 'Aún estamos a tiempo'.


Saludos y Feliz Cumple, GAby Menta

Data, Cinco dias